Volviendo a escribir aquí.... fuerte! Lo empecé cuando mi vida parecía un torbellino... un huracán, grado máximo mezclado con terremoto y tsunami.... así me sentía, así estaban mis emociones, sensaciones y sentimientos. Uff!! pero pasó, y por hartos grados de intensidad.... Es que definitivamente el camino de la maternidad es altamente complejo; lleno de emociones intensas y alegrías enormes. Lleno de recuerdos para mi, recuerdos que quizás olvidaré algún día para poder concluir etapas pasadas.
Pero sigo siendo la niña que era entonces, la niña que gustaba de las cosas simples de la vida. Esa pequeña que temía hablar en público ahora es mamá, ahora vive por otro y gracias a ese pequeño logró comprender que lo más importante en la vida de una mujer, es convertirse en madre.
Esas pataditas en mi estómago jamás las olvidaré, y las añoro hoy en día. Sentir que mi hijo se comunicaba conmigo desde mi vientre era lo máximo, sentir que él sentía cuando yo estaba triste o contenta, era magnífico.
Vivir plenamente es gratificante. Vivir por un hijo, es lo máximo.
Te adoro Agustín León.